NUESTRA
TERAPIA POR EL LLANTO: EL LLORAR NOS REDIMIRÁ
DR. MAURICIO
PALCHIK
“Durante la primavera, una familia
de pastores nómadas ayuda en el nacimiento de sus camellos. Una de las camellas
tiene un parto difícil, pero con la ayuda de la familia, finalmente nace una
cría completamente blanca. A pesar de los esfuerzos de la familia, la
madre rechaza al recién nacido camello, impidiendo que se amamante. Cuando
todas las esperanzas se desvanecen, la familia envía a sus dos hijos pequeños
en un viaje a través del desierto, a la búsqueda de un músico: un violinista.
Éste interpreta con su violín una pieza tradicional que, junto con los cánticos
de la mujer, hace llorar a la camella; cuando el pequeño camello es presentado
de nuevo a su madre, ella lo deja amamantarse.
“La historia del camello que llora.”
El llanto
es un mecanismo fisiológico que nos acompaña
desde que nacemos y, según algunos autores, aun antes de nacer.
¿Cuál es realmente su objetivo, cuál es su función?
Todavía es
un misterio, sólo investigado en forma parcial.
Aunque
básicamente el lagrimeo tiene la función de proteger al ojo, nadie se opone al
hecho de que estas secreciones constituyen una forma de expresión universal del
género humano, siendo una de las más distintivas.
Hasta
donde sabemos, ningún animal es capaz de expresar así sus emociones. El llanto
es una manera primaria de liberar emociones.
De hecho, las culturas menos sofisticadas emplearon y emplean mucho la
expresión corporal, la danza y el llanto como manifestaciones de distintos estados
emocionales.
Por el
contrario, las culturas más avanzadas intelectualmente han optado por
verbalizar sus emociones. Paulatinamente se ha ido incorporando la noción de que
lo primitivo, lo infantil, lo débil, es llorar.
Durante
siglos las lágrimas fueron consideradas como signo de debilidad e incluso de
inseguridad, debido, en gran parte, a la presión que ejercían sobre la sociedad
algunos factores educativos y culturales transmitidos de generación en
generación.
No es mi
propósito describir toda la fisiología del llanto y la acción de las lágrimas,
como tampoco hacer un resumen de lo que hasta ahora aparece en la bibliografía
tradicional, sino apuntar a la reutilización de un mecanismo fisiológico que
fue provisto desde el nacimiento y por varias razones inhibido, ocultado, prohibido
desde tiempos inmemoriales.
Estamos
frente a la posibilidad de recomendar el llanto, como recomendamos la actividad
física para mantener la salud, o determinadas dietas alimenticias que nos
favorecen más que otras, o el dejar el fumar, etc. Llorar una o dos veces por
semana puede recuperar y mantener nuestra salud psicofisiológica. Trataré de desarrollar mi hipótesis desde el punto
de vista de la información y de mi experiencia personal y práctica.
El llanto
en los bebes
La mayoría
de las investigaciones respecto al llanto en los bebes están relacionadas al
uso del mismo como instrumento frente a la madre para satisfacer alguna
necesidad. Las investigaciones menos comunes están realizadas sobre el uso del
llanto como elemento de recuperación del sistema emocional. El mantener que el
llanto es el único medio que un bebé tiene para comunicarse con el exterior es,
a mi entender, adjudicarle una función no del todo completa.
¿Qué pasa
cuando el bebé aprende a hablar? Cambia un lenguaje por otro. Entonces, ¿por
qué la gente sigue llorando? ¿Por qué habría determinadas expresiones que no
pueden ser descriptas solamente por las palabras y se complementan con el
llanto?
Algunos
investigadores han encontrado una similitud entre el llanto y la voz materna.
La espectrografía del llanto es idéntica a la espectrografía de la voz de la madre,
y contiene además las características específicas de ritmo y entonación propias
de la lengua materna.
Desde su
aparición en el mundo, el proceso de socialización humana comienza con los
diálogos entre madree hijo, diálogo temprano que se da a través de las miradas.
Las investigaciones demuestran que la afectividad humana está relacionada a
estas señales, a estos diálogos, a esta sensibilidad especial que la madre
brinda (o no).
Similares
oportunidades de aprendizaje social se dan cuando un bebé trata de comunicarse
a través del llanto. El llanto se podrá dar por la causa que sea: el niño está
hambriento, le duele algo, está incómodo…Entonces utilizará esta herramienta
para transmitir su estado. Si está asustado utilizará también la herramienta
del llanto para compensarse psicofisiológicamente.
Con esto
no descalifico los trabajos realizados sobre los distintos tipos de llanto
encontrados en el bebé con admirables técnicas científicas como la “RedNeural de Gradiente Conjugado Escalado”, la cual
clasifica los distintos tipos de llanto como de hambre, dolor, placer, etc., ubicando al llanto solamente
como un “lenguaje”, pero no como “un reparador psicobiológico” del bebé. Es claro que si
interpretamos equivocadamente este mensaje infantil como un mensaje de manipulación,
reaccionando con cólera o no reaccionando, en vez de estar al lado del bebé, lo
reprimimos o lo dejamos solo, logrando incrementar su angustia.
No
olvidemos el miedo a los depredadores y a la muerte como emoción profunda
asentada dentro de nuestra constitución evolutiva biológica. En el origen de
los tiempos las familias y tribus se agrupaban estrechamente en la oscuridad
para apaciguar el miedo. La idea de sentirse más seguros por el número se
mantuvo vigente hasta nuestra época. Es probable que dentro de su cerebro, y a
pesar de estar en la cuna a salvo, el bebé esté recibiendo mensajes iniciales
relacionados a códigos ancestrales. ¿Puede
el alto nivel de estrés durante la niñez, y más adelante aún, si se
mantiene por largos períodos de tiempo, producir un daño al intelecto en la
edad adulta? Y, ¿puede dicho daño ser reparado a través del llanto?
Nunca
habría que dejar al bebé llorar solo, sino en los brazos de su madre/padre, más
sabiendo que un bebé tiene un nivel de estrés muy alto durante los primeros
meses de vida.
Los bebés a los que se deja llorar solos se sienten confusos y
abandonados. ¿Desarrolla esto miedos irracionales para el resto de su vida?
Hay muchos trabajos sobre bebes criados en orfanatos...¿Utilizará el bebé
fisiológicamente el llanto para reparar su angustia y estrés, como un corrector
cerebral de fallas emocionales? De no poder hacerlo, ¿le quedarán huellas profundas,
que será necesario “llorar” de adulto para repararlas? Hay empresas que
promueven la venta de música anti llanto para bebés, como elemento relajador, y
en el momento de dormir. Cuando la madre acompaña al bebé que llora durante el
momento de dormir cantándole, no es el ritmo musical lo que lo tranquiliza,
sino la voz de su madre a través del canto. Recientes investigaciones sobre el
cerebro revelan que un estrés temprano puede tener un efecto posterior en la
vida emocional y el desarrollo social de los individuos. El psicohistoriador
Lloyd deMause explica: “Los traumas provocados por el desamparo pueden dañar severamente
el hipocampo, matando incluso neuronas. Este daño es causado por la liberación
de una cascada de cortisol, adrenalina y otras hormonas en el cuadro de estrés
que no sólo producirán daños en las neuronas sino también en la memoria.”
Este
circuito emocional está conectado fuertemente con la región cerebral que regula
la toma de decisiones. De acuerdo con el neurocientífico Joseph LeDoux, “muchas
de las cosas que nos definen emocionalmente las aprendemos a través de la
experiencia. Por lo tanto una de las claves del sistema emocional es cómo se
aprende y almacena la información.”
La ciencia
y el llanto
Uno de los
primeros científicos que trató de dar respuesta fue el británico Charles Darwin
(1809-1882), creador de la teoría de la evolución de las especies, quien
consideraba que los niños gritan para pedir ayuda tal como lo hacen las crías
de otros animales, pero prolongan sus gritos como ninguna otra especie, generan
mayor irrigación sanguínea en las glándulas lagrimales y contracciones
musculares que estimulan el llanto.
A raíz de
esto los nervios se acostumbran y provocan lagrimeo cada vez que hay
sufrimiento. Se ocupó de defender la idea de que llorar tenía un efecto
saludable en el ser humano, viéndose esta postura reflejada en una de sus frases:
“El llanto representa y alivia el pesar humano, y libera tensión” (de su
libro “La expresión de las emociones en los animales y el hombre”).
Otro
eminente pensador que se ocupó del tema fue el austríaco y padre del
psicoanálisis Sigmund Freud(1856-1939), para quien el sollozo ejerce la función
deliberar emociones. Esta interpretación ha sido posteriormente estudiada e
incluso comprobada por varios investigadores, que encuentran relación entre el
contener el llanto y la aparición de trastornos generados por estrés, como
úlcera duodenal y asma. Además, se ha demostrado que los individuos que no
manifiestan sus sentimientos son más propensos a experimentar angustia y
tensiones internas, teniendo mayores posibilidades de sufrir cáncer que quienes
se caracterizan por su expresividad. Larga es la lista de científicos que han
tratado el tema de las lágrimas, llantos y sentimientos: Wilhem Wundt (1832-1920), George Dumas (1866-1946),
el premio Nobel Bergens (1889-1941), etc., sin que hasta ahora se haya
llegado a aclarar este fenómeno.
La mayoría de los seres humanos considera la risa como algo positivo. Se
clasifica al llanto como algo negativo y traumático, sin comprender que, en
realidad, nos permite reparar algún estado angustioso. La acción del llanto
lleva a activar la secreción de adrenalina y noradrenalina, neurotransmisores
que se segregan también en una situación de estrés, produciendo un estado de
relajación.
Así, pues, podemos decir que cada emoción tiene como función producir
una situación que lleve al sistema de nuevo a un equilibrio, permitiendo
descargar tensiones, tratando de reparar y llevar a un alivio, a un estado orgánico
más equilibrado. Obviamente, desde el punto neurofisiológico, los mecanismos
que se encargan de desencadenar estas emociones están localizados en determinadas
zonas del cerebro. Pocos estudios se han realiza-do para analizar los mecanismos
específicos que intervienen cuando el llanto se produce a causa de alguna emoción.
No había hasta ahora técnicas suficientemente avanzadas para estudiar esto a
nivel cerebral. Las técnicas de fMRI
(functional Magnetic Resonance Imaging)
y SPECT (Single Emision Computed Tomography) creo que hoy podrían aportar información sobre este tema.
La
repetida estimulación del sistema simpático puede causar presión arterial alta crónica,
acumulación de depósitos de grasa en las arterias de la sangre, ataques cardíacos,
trombosis… Un exceso de glucocorticoides causados por el estrés puede dar
origen a muchos efectos secundarios incluyendo irritabilidad, aprensión y la inhabilidad
de concentrarse. Una consecuencia más seria sería la supresión del sistema
inmunológico. Los individuos que están continuamente o severamente estresados
tienen niveles de ACTH y glucocorticoides altos, y se ha demostrado que esto
está fuertemente relacionado a una resistencia menor a las infecciones.
Siendo el
llanto un proceso fisiológico en el cual se produce una mejora de la tensión,
la disminución de la presión sanguínea, la relajación muscular y un efecto sedante
generalizado, evidentemente restaura los niveles hormonales a valores normales
originales.
Hace años
que investigadores de Estados Unidos analizaron la calidad de las lágrimas en
dos grupos de voluntarios: uno que lloraba viendo una película triste, y el
otro cortando cebolla. Descubrieron que la composición de las lágrimas era muy
distinta. Además de su contenido de agua, sales y minerales, descubrieron que las lágrimas “de pena” contenían hormonas
responsables del estrés y del dolor.
La
conclusión es que las lágrimas emocionales ayudan a las personas a calmar el
dolor y eliminar el estrés, mientras que las personas que reprimen el
llanto acumulan en el cuerpo esas sustancias y mantienen la tensión física
y psíquica, prolongando su malestar.
El Dr. William Frey detectó la presencia de catecolaminas (epinefrina y norepinefrina) en las lágrimasdel
llanto. Estas sustancias son las intermediarias químicas del sistema nervioso
simpático que estimula el
el
corazón para acelerarlo e incrementa la presión sanguínea
y el flujo de la sangre en los músculos, entre otros. Explica que la expulsión
de estas sustancias a través del llanto ayudaría a reducir la inervación del
sistema nervioso simpático durante el estrés.
También encontró una
sustancia llamada leucina-encefalina, una clase de endorfina que juega un papel
durante el estrés. Ambas sustancias, las catecolaminas y las endorfinas,
funcionan como neurotransmisores, lo que significa que ayudan a las células
nerviosas a comunicarse unas con otras. Éstos y otros neurotransmisores regulan
nuestros estados de ánimo y determinan si nos sentimos felices o deprimidos.
Algunos psiquiatras piensan que los traumas infantiles pueden causar desórdenes
en los sistemas neurotransmisores. Es muy probable que el llanto juegue un
papel crucial en restaurar un balance beneficio-so de estas sustancias químicas
y reduzca así los síntomas de depresión o ansiedad sin la necesidad de utilizar
drogas.
El
llanto es un proceso fisiológico en donde después de una subida, viene una
relajación profunda, sobre todo si se da un tipo determinado de llanto. Es muy
efectivo para mejorar la tensión, la presión sanguínea, restablecer la respuesta
del sistema nervioso simpático y volver los glucocorticoides a sus niveles
originales.
La
gente y el llanto
“Llorar”
deriva del latín plorare,
que significa lamentarse,
despertar compasión (¿efecto negativo social?).Penetrar
en la fantasía lagrimal exige que nos ocupemos del llanto,
en el cual confluyen la efusión de lágrimas, el sollozo y los gritos o
lamentos. Estos últimos pueden faltar, sin embargo, en el llanto, cuya característica
principal reside en la efusión de lágrimas.
Diferentes escritores y terapeutas definen la importancia del valor curativo del llanto.
Thomas
A. Stone es un ejemplo de ello. Él
personalmente, tras una vida con problemas emocionales y físicos, se
dedicó a estudiar y aplicar estos estudios a sí mismo. Stone describe los
efectos protectores del llanto, partiendo de dos premisas: una, que la causa
está en los recuerdos traumáticos bloqueados
de la temprana infancia, y la segunda, que si recordamos estos sucesos
y extremos del dolor a través del llanto, nuestro cerebro se reparará
gradualmente y los síntomas disminuirán.
Vivimos
en una época de mucha tensión, con estrés casi permanente, que no tiene
relación con el nivel económico ni social. Cada uno lo sufre por alguna causa,
hay una constante sensación de amenaza por la televisión, por la radio, por la
calle, por los diarios que nos hace sentir cansados agotados, casi viejos. Por supuesto
que no podríamos vivir sin el “buen estrés”
(eustress) que nos mantiene vivos y a la
defensiva, pero el “estrés malo” (distress)
es perjudicial para nuestra salud física y nuestro bienestar
psicológico.
La
percepción de que las mujeres lloran más que los hombres está muy extendida.
Pero cuando hablamosde bebés o niños, ambos sexos lloran aproximadamente lo
mismo. Sólo durante la pubertad las chicas comienzan a llorar más que los
chicos. De acuerdo a un artículo publicado en el New York Times en 2005, al llegar a la mayoría de edad las
mujeres lloran cuatro veces más que los hombres.
Además las personas deprimidas lloran cuatro veces más
que las no deprimidas, y dos tercios de las personas diagnosticadas con
depresión son mujeres. Hay también estudios sobre la relación de la testosterona
y las diferencias en la expresión de los sentimientos entre hombres y mujeres.
Por efecto de la testosterona los hombres tenderían a racionalizar más los
sentimientos. Las mujeres tendrían una conciencia natural de las emociones, que
los hombres sólo adquieren con esfuerzo.
El profesor Tom Lutz, de la Universidad de Iowa, demostró que el llanto ya no es monopolio de las
mujeres, “Hoy, en muchos contextos, ser
calificado como hombre sensible es un auténtico halago”, dice Lutz en su
ensayo
El
llanto, historia cultural de las lágrimas.
“Desde
todos los ángulos como los culturales, filosóficos y religiosos se le atribuye
al llanto un efecto de catarsis, de liberación de las emociones.”
Santo Tomás se pregunta
si llorar alivia el alma; responde que sí,
lo doloroso duele aún más cuando lo mantenemos encerrado. Debo destacar
que el llanto no es una emoción, sino la expresión de una emoción, que provoca
en el otro que lo ve un efecto disparador de sus propias emociones, a veces tan
fuertes, desde contagio de la pena o angustia, hasta ansiedad e ira, que
utilizará cualquier estrategia para frenar al que llora.
Este
acondicionamiento lo aprendemos desde pequeños: la madre tratará de frenar el
llanto de su bebé. Sin embargo, en determinadas circunstancias estaría
permitido llorar, tanto en la edad adulta como infantil, ante una pena
objetiva: la muerte de un familiar, o la pérdida de algo; es decir: habría “permiso
social” para llorar en determinados casos, pero eso sí, llorar controladamente
y en su lugar.
Es
tiempo de tomar este tema más seriamente. Es momento de tratar de poner orden
en algo que aparentemente tiene un objetivo no muy claro todavía, pero vital
sin duda.
Es
importante recorrer todos los caminos históricos, antropológicos, fisiológicos
y psicológicos para buscar las respuestas.
Últimamente,
cuando los japoneses estresados se quieren
relajar, hay muchos que se ponen a llorar. En el país de la sonrisa, el
llorar como terapia contra el estrés es un tema que está dando que hablar.
Hay
seminarios donde se practica el llanto.
También los periódicos lo recomiendan. “Llorar le proporcionará
tranquilidad”, señala la revista Dakapo.
También vemos este tema en Corea del Sur, con melodramas televisivos
dirigidos aun público compuesto generalmente de mujeres de mediana edad, especialmente para que lloren.
También la industria del cine colabora con películas adaptadas al tema. En el barrio Shibuya de Tokio, la cadena de
alquiler de videos Tsutaya instaló una sección extra de películas
apropiadas para las personas que quieren llorar. Diarios como el
Mainichi Shimbun también recomiendan a sus
lectores llorar mucho alguna vez.
No
hay duda de que hay un despertar en este sentido. Si bien esto es tomado en
forma más positiva poR las mujeres que por los hombres, el hecho de ver películas
tristes y llorar es un inicio. El llorar es
algo tremendo e íntimo que le recomiendo a cualquier persona, de cualquier
sexo.
Es una experiencia que los hombres deben aceptar y
aprender a compatir con sus familias. Al reconocer mi propia necesidad de
llorar, entiendo mejor los sentimientos de otras personas, pero lo más
importante es que ha fortalecido y engrandecido la relación que tengo con
mi esposa e hijos.“Hacer a un lado
el machismo, encontrar la fuerza interna para abrir sus sentimientos para
llorar, llorar y llorar por cualquier razón. Siempre dará como
resultado ser un mejor hombre.”
Antes
de concluir, quiero compartir algunas reflexiones de grandes hombres sobre el
llanto:“El llanto, arte y pasión, cada lágrima una ver-dad.” Platón (427?-347
AC), filósofo griego “No hay mayor causa de llanto que no poder llorar.” Lucius
Annaeus Seneca (4 AC?-65), filósofo romano. “Mejor aplicar el llanto siempre
que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría.”
Alejandro
Casona (1903-1965), dramaturgo español. “Quiero llorar porque me da la gana.”
Rubén Darío (1867-1916), poeta nicaragüense. “Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.”
Final
En
mi caso personal, desde hace más de diez años me llama la atención el llorar
como mecanismo que califico como psicofisiológico o neuropsicofisiológico. Mecanismo
que está incluido en nuestro paquete de información genética o psíquica y que
no está suficientemente aprovechado por el
hombre.
Comprobé
los efectos del llanto en lo que se refiere a la relajación, disminución de la
tensión, calma de la angustia y posibilidad de percibir, en distintas experiencias,
una vía de entrada a otro estado psicológico. Después de haber experimentado el
llanto en muchas oportunidades, comencé a intentar llorar a voluntad, ante la posibilidad
de utilizar este mecanismo en los momentos en que lo deseara. Recurrí en muchos
casos a la ayuda del GSR (Galvanic Skin Response),
técnica que permite determinar por registros computados la
disminución del estrés total, midiéndolo antes y después de cada sesión de
llanto, y de cada tipo de llanto. Hoy puedo decir que llegué a experimentar lo
que califico distintos niveles de llanto, estados de
respuesta y efectos, tanto en mí como en algunas personas que participaron
voluntariamente en la experiencia.
Estado
1
- Nivel bajo de llanto. Presentado en momentos de presenciar cuadros tristes, películas
tristes, algunas situaciones de alegría, etc. Es un llanto suave, con lágrimas
en forma continua, con una disminución del pulso cardíaco, con un aparente
aumento del calor corporal, con
un cuadro de suave relajación muscular, silencioso, sin gemidos y coordinado
con el cuadro respiratorio y manejo de la realidad externa.
Estado
2
- Nivel alto de llanto. Presentado en momentos particulares (muerte de alguien querido,
después de un estado de ira, descarga posterior a una situación con un alto
nivel emocional). Llanto con lágrimas, con gemidos, con respiración
entrecortada, con pérdida de la sensación corporal, sin manejo de la realidad
externa, con contracción muscular; produce luego un estado de aletargamiento,
relajación, introyección.
Estado 3
- Éste es el nivel que llamo “reparador”, logrado después
de un gran esfuerzo y entrenamiento para lograr poder acceder a él
frecuentemente y a voluntad. Llanto muy profundo; el mayor tiempo que logré estar
en él fue de 90 segundos. Se ingresa al mismo desde el nivel 1, junto con algún
efecto gatillo externo, como un sonido musical, un pensamiento o una imagen.
Es
con abundante lágrimas, hay casi una pérdida de la relación externa, un estado
de profundo éxtasis (lo asemejo a un orgasmo muy profundo). A posteriori, en la
salida, se produce un estado de suma paz, silencio, brillo en el pensamiento,
una toma de conciencia del cuerpo y la respiración, una profunda sensación de
descanso (yo creo que éste es un estado de reparación; lo llamo “reparación de
huellas traumáticas del cerebro”). A mí personalmente me ha producido enormes
beneficios. Los voluntarios que
participaron en esta experiencia eran conscientes de padecer distintos
problemas, como trastorno de estrés postraumático, fobias (terror de los
estudiantes a exámenes, miedo de enfrentar un auditorio), estrés por exámenes,
insomnio por estrés, cefaleas tensiónales, síndrome del inmigrante (o síndrome
de Ulises), síndrome de agotamiento (burnout),
síntomas de depresión. Debo aclarar que no se realizó ningún tipo
de análisis estadístico, que no hay registros normatizados. Las sesiones se
realizaron bajo una dirección personal. Es importante remarcar que se obtuvo una
respuesta muy alentadora en la mayoría de los participantes.
(Recibido:
agosto de 2007. Aceptado: septiembre de2007)
REFERENCIAS
1.deMause, L.
The Neurobiology of Childhood and History.
Psychohistory Press; New York,
1984. Pp51-3.2.LeDoux J.
[Un
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Neuro-Psychoanal
1:44-8, 1999.(Comentario sobre Panksepp J:
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http://people.howstuffworks.com/women1.html8.
Crying: The Natural and Cultural History
of Tears
Norton; New York, 1999.9.La Capital, Rosario; 15/04/2006.10.Burkhardt R.
Comentario sobre “El
llorar puede hacer mejor a un hombre”, de Hogan Hilling. En: “Voces de Padres”,
Revista Padres Excepcionales. Disponible en:
The Fathers Network
http://www.fathersnetwork.org/925.html
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