Reuniones
efectivas.
A) Doce
gerentes de diversas divisiones nacionales se reúnen para tomar decisiones de
extrema importancia, que resultarán en cambios de gran impacto organizacional. Llegan
a acuerdos y todos salen satisfechos. Dos meses después deben reunirse por la
misma razón, con menos tiempo para las decisiones y por supuesto más
estresados.
B) Un alto
gerente se reúne con su equipo de trabajo para planificar el trimestre. Durante
cinco horas discuten y acuerdan los respectivos planteamientos. Tres meses
después, convoca otra reunión para reclamarles por su incumplimiento y falta de
responsabilidad.
¿Te resulta familiar? Cuántas
reuniones "perfectamente conducidas y planificadas" no tienen éxito
en la consecución de sus objetivos.
¿Para qué se reúne la gente?
Pues es una tendencia del cerebro reptil genéticamente
instalada para SOBREVIVIR.
Cuando la especie humana tenía que protegerse de un medio ambiente, atestado de depredadores,
acechando y devorando, un ser humano solitario, era presa fácil, totalmente vulnerable y en constante riesgo. Este
instinto/reflejo primitivo de sobrevivencia, a nivel individual, tenía un corto repertorio de comportamientos:
luchar o huir.
Por lo que pertenecer a una tribu, era literalmente vital, ya
que unidos podían desarrollar estrategias (un avance para el repertorio
individual) y así cazar en lugar de ser
cazados. Y eso incluía proteger la “territorialidad” de las “tribus distintas de la nuestra”
Hace
40.000 años aparecieron los primeros hombres de cro-magnon que podríamos
denominar indudablemente como HUMANOS.
Nuestro cerebro moderno,
compuesto por 1) el cerebro reptil, 2) el cerebro emocional ó límbico-hipotalámico
y 3) el neocortex, este último que hace al ser humano “el más inteligente del
planeta” está inextricablemente atado a los dos primeros, los cuales le llevan
al neocortex unos 4 millones de años de
ventaja (Si contamos los primeros "homo erectus").
Tenemos tres cerebros, pero
sólo uno es racional.
Viajando a nuestros tiempos modernos y a las
reuniones.
Nos reunimos porque solos, no
lo logramos. Pero al mismo tiempo, quienes asisten a esa reunión, llevan
consigo su cerebro reptil, enmarañado con el emocional, impactando al neocortex,
con
formas modernas del
reflejo pelea / huída.
Así que aunque nos
necesitamos unos a otros, si nos sentimos amenazados, decepcionados,
frustrados, actuamos desde estos reflejos.
En nuestro ADN existe la memoria de eras de supervivencia cruel donde
peleábamos con lanzas y huíamos a los bosques.
Actualmente el
ataque físico lo sustituimos con tácticas como recortar fondos, lanzar un
ultimátum, con chantaje emocional, no hablar.
En lugar de huir, no prestamos atención en las
reuniones, no devolvemos llamadas, revisamos
nuestro celular, y hacemos promesas que no cumpliremos.
Ahora que contamos con el lenguaje, también hemos
desarrollado un híbrido curioso de “pelea / huída” y es la “Agresión Pasiva” Ej: Hacer comentarios desagradables sobre el otro. Minar solapadamente el
apoyo a los proyectos del otro, tener agendas ocultas, encontrar excusas
para no responder a una petición ó pases de factura.
TODO
ESTO OCURRE EN SILENCIO
Partiendo del entendido de que estos profesionales son competentes,
inteligentes y quieren, de buena fe, remar hacia una misma dirección. Todo lo
mencionado ocurre y no siempre es consciente.
Si vives en
carne propia lo anteriormente señalado y tienes la responsabilidad de liderar
reuniones, te sugiero, para minimizar estos “reflejos”:
-
Asegúrate de tener la
confianza y respeto de tu equipo. Nadie se abre a quien le genera desconfianza.
Los compromisos son más sólidos cuando se
siente respeto genuino por esa persona. No miedo, respeto.
- Empieza la reunión con un “calentamiento”.
Tomate 5 u 8 minutos para relajar a los participantes, ya sea con comentarios
divertidos, o un buen chiste. La risa crea estados alterados de conciencia
beneficiosos para la creatividad, la cooperación y la confianza. (dixit Milton Erickson)
-
Haz calentamientos, cada vez
que baje el nivel de energía de los asistentes.
- Chequea al azar de vez en
cuando que hagan un resumen de lo conversado hasta ese momento y pide si
alguien piensa que hay una mejor manera. Eso anima al grupo a participar sin
miedo.
-
Pregunta, pregunta,
pregunta. Es efectivo para movilizar al grupo a ofrecer lo mejor de su Cociente
Intelectual a favor del proyecto.
-
Ofrece feedback positivo al
finalizar la reunión. Todos llevamos un niño interior que gusta de jugar y
recibir reforzamiento.
-
No escatimes tus
observaciones positivas
-
Se generoso con los
reconocimientos.
-
Espera lo mejor de tu
equipo. El “Efecto Pigmalión” existe y funciona.
-
Sonríe!
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