Bienvenidos!


Hay dos razones por las que las personas decidimos cambiar:

Porque aprendimos lo suficiente para querer hacerlo…o porque nos han herido lo suficiente para tener que hacerlo…


Cualquiera de las dos razones implican la certeza de que si no cambias, tendrás consecuencias con las que no quieres vivir.


Si estas decidido (a) a exponerte con la honestidad necesaria y a elegir de manera responsable el crecimiento para tu vida, entones yo soy la persona con la que puedes contar.

Ofrezco ser el espejo revelador de tus destrezas y recursos, y caminar junto a ti para ayudarte a encontrar tu verdadero ser, el que es perfecto y completo! El te impedirá perderte de nuevo en aquellas viejas historias del pasado…


En el camino descubrirás que donde enfocas tu atención, esta tu corazón, y donde esta tu corazón está tu realidad. Y, que sólo tú tienes el poder de construir tu realidad. Poder que no puede ser delegado.

Lo que te ofrezco no tiene recetas, son experiencias, pequeños y efectivos pasos con los que te irás recorriendo poco a poco.Tampoco tiene frágiles varitas mágicas; pero si el poderoso hechizo de un camino: El autodescubrimiento.

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Bienvenidos a la aventura del Coaching Estratégico!! Este es el primer paso que darás para empezar tu trabajo de crecimiento personal. Se dice fácil, pero requiere de coraje, dedicación y entega a la tarea mas importante de tu vida: Conocerte! Cuenta conmigo! mi celular: 305 987 5361

jueves, 15 de agosto de 2013

Conversaciones Críticas




Tenemos que conversarlo...¿Crecer o Protegerte?


Y allí estaba yo en el segundo día de taller de Comunicaciones Efectivas, cuando el Gerente General se dirige a mí y dice: “Yármila, hay una situación en nuestro departamento que está obstaculizando seriamente nuestra productividad. Se trata de un conflicto personal que existe entre Josefina y Leticia.

Todo el grupo asintió, mientras veían a las nombradas. Fue un momento realmente embarazoso para ambas. El Gerente General continuó. Ellas eran   las mejores amigas,  mis mejores profesionales, hasta que algo que desconozco ocurrió. - Quisiera pedirte, si te es posible, que hagas algo, para que ese conflicto termine hoy. 

Acepté trabajarlo pues  era el momento de mostrar cómo manejar conversaciones difíciles, así que me dirigí a las involucradas y pregunté: ¿Cómo les hace sentir lo que acaba  de decir su jefe? Ambas respondieron: Mal, muy mal.  ¿Quisieran que yo las ayudara a resolverlo en este momento? Ambas dijeron, Sí.

El día anterior habíamos enfatizado sobre cómo crecer y protegerse son mecanismos incompatibles, que no pueden operar al mismo tiempo. Que la condición humana tiene sus  bases en el respeto de las diferencias para que pueda haber diálogos constructivos. Había llegado el momento de llevarlo a la práctica.

Cuando tenemos una conversación difícil en postergación indefinida, no estamos bien. Aunque pretendamos que si, aunque nos distraigamos durante el día con trabajo, chistes, indiferencia. El malestar, la aprehensión, el miedo por tener en suspenso esa conversación con esa persona que te importa y/o quieres tanto, no te da paz. Estamos entonces en modo de protección, huyendo. 

Si ocurre en tu vida personal, la intimidad se lesiona. Si ocurre en tu contexto de trabajo, la oficina completa también  lo sufre. Al final sólo el resentimiento se adueña de ti. Y buscas en cada acción del otro una intención de "mala fe". Así justificas tu resentimiento y el círculo vicioso se establece peligrosamente.

En lugar de buscar dentro de ti la salida con asertividad, buscas cómplices que validen tu percepción de que la otra persona es la mala. Tal vez los encuentres, tal vez no, pero estarás desperdiciando una energía enorme  protegiéndote y dejaras de  crear, tener bienestar, sentir paz… dejaras de crecer.

Leticia y Josefina, se consideraban victimas una de la otra, ninguna era capaz de ver que se habían encerrado  en sus respectivas ostras, protegiéndose de un eventual daño que pudieran hacerse.  Lo que en realidad estaba ocurriendo era  que se estaban  lanzando sistemáticamente agresiones de baja intensidad, haciéndole daño  al equipo completo. No solo  ellas habían dejado de crecer, sus colegas también.

Al escucharse mutuamente  en un contexto seguro, pudieron aceptar las necesidades y sentimientos de la otra como válidas y no desde su percepción inicial errónea, sobre” la mala persona que la otra es”. Pudieron descubrir que no había contrincante, solo necesidades y valores diferentes,  no había “mala persona”, solo juicios infundados. 

Así, no sólo Josefina y Leticia  hallaron la vía del reencuentro. El equipo que observaba en silencio aprendió vívidamente la esencia de las conversaciones críticas.


Yármila Durand

Coach Estratégico 
Cel: 305 987 53 61